Porque el dinero no es sinonimo de felicidad.
La felicidad en ocasiones la definimos como el estado que tenemos por la posición de un bien, esto es totalmente equivocado.
El dinero no es malo, por el contrario, el problema es como lo vemos en nuestra escala de valores, ya que el dinero es bueno siempre y cuando sepamos en nuestra piramide de valores donde debe de ir.
La gran mayoría de nosotros nos hemos tragado en algún momento de nuestra vida que la felicidad llega cuando estamos cargados de cosas materiales o de los medios para obtenerlos.
Tener, tener y tener hasta que nos olvidamos de ser. En esta situacion nos obsecionamos en ocaciones con intentar tener para que otros vean que nos va bien y caemos en un pozo profundo.
Fíjate en lo siguiente: Porque gastar el dinero que no tienes, en cosas que no necesitas y que realmente no se puede permitir, teniendo en cuenta su situación económica aquí y ahora, para satisfacer necesidades innecesarios o ya satisfechas, para parecer lo que no es ante personas que no conoce o que conoce poco o que no le caen bien, acumulando demasiados “demasiados”, que no le caben en casa y que ni siquiera utiliza, añadiendo a esa equivocada búsqueda de felicidad un grabe endeudamiento financiero y una considerable neurosis. Finalmente compra tantas cosas que tiene que vender su alma para pagarlas.
La felicidad tiene que ver con otra posición de clase de bienes, “Bienes del alma o bienes del ser” tales como la tranquilidad, el tiempo, la paz, energía física, una amistad, tener una buena compañía, tener salud, gozar con proyectos de vida, tareas que nos apasionan.
Como ves, la felicidad es más, y digamos mucho más que conseguir algo. La felicidad es una especie de placer de vivir por lo que haces cada día o bien en cierto instante aquí y ahora. Y cuando además, eso que haces se convierte en un medio de vida y de obtención de recursos, entonces es el camino a la iluminación, ya que veremos que nuestra vida tiene una dirección y un sentido, esa sensación causa un confort al alma que ninguna cosa material la puede sustituir.
Tomando notas del libro: La brujula interior.
0 comentarios